Es curiosa la vida….hay momentos en los que la suerte nos cambia en un minuto, una noticia que jamás olvidarás y que pone tu mundo y tu paz patas arriba, igual para bien que para mal.
Cuando esa noticia/suceso es positiva, la alegría, la euforia, el sentimiento de felicidad plena y el convencimiento de que no se puede ser más feliz, es absoluto. Te sientes invencible y con ganas de hacer tantas cosas que no eres capaz ni de procesarlas.
Cuando este suceso es negativo, sientes como si la ola te hubiese pasado por encima, no tienes ganas de hacer absolutamente nada, y las cosas que estabas haciendo pierden su sentido. Es como si quisieras meterte en un agujero y desaparecer, con el convencimiento además de que si esto pasara, a nadie le importaría.
La dualidad de la vida viene cuando somos capaces de entender que en el mismo minuto pueden pasar ambas cosas en personas diferentes. Cuando estás feliz, te cuesta pensar que otro no lo pueda estar porque “es un día maravilloso”. Y cuando estás triste no puedes entender la alegría de los demás.
Gestionar estos momentos puede ser complicado, ya que son aspectos puntuales, picos emocionales que deben tener una duración determinada hasta llegar a estabilizarse.
Si estás en uno de esos momentos y te está costando conseguir estabilizarte, puede ser un buen momento para pedir ayuda de un profesional.
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